Cada actividad de la granja escuela está planteada para trabajar habilidades como la autoestima, la comunicación, el liderazgo o la valentía.
“Me llevo que puedo confiar en más personas de las que pensaba. Me he podido sacar toda la rabia debatiendo”. “He superado el miedo a la tirolina siendo valiente, y he confiado en mi misma”. “Las cosas que se hacen bien también se han de decir, no sólo lo que hace falta mejorar”. Así se expresaban Biel (alumno de 2º de ESO de la escuela Sant Pau Apostol), Anna (7 años, escuela El Cim), y Miguel (de 6º del CEIP Pau Boada) tras pasar tres días de colonias en La Granja, una granja escuela a los pies del Montseny, en Santa Maria de Palautordera (Barcelona).
No es casualidad que al resumir su experiencia se focalizaran en sus emociones y no en los animales o los juegos disfrutados. Porque en La Granja todas las actividades y las dinámicas tienen una intención concreta y un objetivo común: entrenar las competencias emocionales de quienes allí acuden, sean escolares, profesores, familias, ejecutivos o médicos, que con todos trabajan.
Todo ello porque su directora, Cristina Gutiérrez, está convencida de que “la educación emocional es la mayor herramienta para prevenir problemas de salud mental” porque “si no eres capaz de regular lo que sientes, las emociones toman el control de tu vida”.
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